Para inversores de largo plazo, la acción presenta un perfil más de “valor en espera”: con un precio bajo y posibles catalizadores a medio plazo, pero con muchos riesgos por delante.

El dividendo que va a abonar la compañía el próximo 18 de diciembre es el penúltimo antes del rejonazo a la retribución. Telefónica pagará 0,15 euros por acción, que en los precios actuales, y después del desplome en bolsa, ofrecen una rentabilidad del 4% (antes de la caída, era del 3,3%).
El Economista

El dividendo que va a abonar la compañía el próximo 18 de diciembre es el penúltimo antes del rejonazo a la retribución. Telefónica pagará 0,15 euros por acción, que en los precios actuales, y después del desplome en bolsa, ofrecen una rentabilidad del 4% (antes de la caída, era del 3,3%).
El Economista

La sesión del viernes fue positiva para Telefónica, y el arranque de esta semana mantiene ese impulso, la acción supera en estos momentos los 3,70?€, un nivel que empieza a reflejar cierto optimismo en el mercado. Aunque todavía es pronto para sacar conclusiones firmes, el comportamiento reciente apunta a un panorama algo más favorable en el corto plazo. Esperemos que sea capaz de mantenerse.

En el muy corto plazo, Telefónica muestra señales de un rebote moderado o, al menos, de una pausa en la presión bajista, consolidando un rango lateral. El valor se mueve en un canal estrecho alrededor de los 3,60 €, con rupturas puntuales de soporte que obligan a mantener cautela. Esta fase de consolidación no cambia la estructura bajista de fondo, pero sí sugiere un intento de estabilización tras las fuertes caídas previas.

Parece que hoy está remontando y existe un consenso positivo en el mercado respecto a la capacidad de Telefónica para generar valor, lo que refleja cierta confianza en sus fundamentos. Tampoco está tan mal como algunos lo pintan. Creo que está en un momento de reajustarse y de enfilar un nuevo camino.